viernes, 30 de noviembre de 2007

Bloque de Natalia

"Su" lugar, el de la entrevista

Un barrio lleno de naturaleza. De árboles, de pájaros, de espacios, de aire puro. Una casa humilde, acogedora. Una madre, un padre. Fotos que completan una biblioteca atiborrada de libros. Una hermanita que, estudiando y con la misma edad que tenía Natalia, nos recordaba lo buena alumna que era "Naty", el compañerismo que de ella nacía, la preocupación por el prójimo. Alguna vez les dijo a Gustavo y Laura que no querría tener hijos para poder adoptar a todos aquellos que no tuvieran un hogar, todos aquellos desprotegidos por la vida y la sociedad. Desprotección que ella vivió en carne propia. En carne y alma.

Porque no sólo se trató de su acceso carnal, violento y lleno de monstruosidad, sino del acceso a su espiritualidad. A esa pureza que la desbordaba, que provocaba la admiración de sus amiguitos, de sus maestros. Que enorgullecía a mamá y papá.

Y eso, esa violación lasciva a ese estado de pureza, es lo que les da bronca. Los hace levantar la voz, llenar sus ojos de lágrimas, mirar con firmeza, amargura y desamparo a todo aquel que quiera osar decir que Naty, esa que los acompaña en cada minuto de sus vidas, ha desaparecido.

Ella está. Ella continua presente en cada rincón de la ciudad que hace más de quince años eligieron como "su" lugar en el mundo. Un lugar donde no hay cemento, asfalto, hierro, humo, bocinas, multitudes, atropellos, gritos. Sólo mar, arena, aire puro, pájaros y naturaleza.

Por Kinka para "Natalia y Manolo"

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